“No fuimos 33, sino 34; Dios está con nosotros”, escribió en una de sus cartas Jimmy Sánchez, el minero más joven del grupo que fue el quinto en salir a la superficie. Refiriéndose al Creador, otra de las cartas de los 33 que llegó a sus familiares los días previos al rescate, aseguraba que “el número 34 estuvo con nosotros desde el principio”.
La milagrosa epopeya de los mineros chilenos, que estuvieron más de dos meses cautivos en las profundidades de la tierra, se encuentra llena de señales divinas que recuerdan la presencia de Cristo en este rescate, como una fuerza unificadora que mueve montañas.
Bajo el liderazgo espiritual del evangélico José Hernández, durante su cautiverio involuntario el grupo se amparaba en la seguridad de que Dios estaba con ellos, lo que les dio fortaleza y esperanza durante los 69 días que permanecieron atrapados en la mina de oro y cobre San José.
No en vano, a su salida cada uno de los rescatados emergieron de la cápsula denominada “Fénix” con una camisa que en el frente decía “Gracias Señor”, mientras en la parte trasera se leía “De Él serán la gloria y la honra”, así como la cita del Salmo 95: 4, “Porque en Su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas”.
La noche del 12 de octubre la mina San José (ubicada en la región de Copiapó, capital de la provincia del mismo nombre y de la III Región de Atacama) entró a la historia de Chile y el mundo. A las 23:19 (hora chilena) después de un largo proceso de ajustes técnicos, Manuel González, el experto en rescates de la empresa minera Codelco, iniciaba el descenso en la cápsula Fenix II, que se deslizó por el ducto que se realizó con la perforadora T-130. “Ve en el nombre del Señor”, le dijo a González uno de los técnicos cuando comenzaba el descenso; 16 minutos después la cápsula tocaba fondo.
Casi una hora más tarde y luego de que en el interior de la mina y en la superficie se comprobó que todo estaba listo, Florencio Ávalos fue el primero de los 33 mineros en subir al receptáculo e iniciar el ascenso; al aplauso de sus compañeros mineros se sumaron los vítores de euforia que, en la superficie, se extendieron por todo el globo.
Las imágenes de la Televisión Nacional de Chile mostraban en la zona de la salida del túnel, a las autoridades (a la cabeza del presidente chileno Sebastián Piñera) y el equipo de rescate entonando el himno de ese país, mientras que en el ingreso al campo minero, la familia de Ávalos oraba, entonaba cánticos de agradecimiento al Señor y leía la Biblia. A las 23:19 emergía el Fenix II con Ávalos en su interior, que logró ver el cielo después de más de dos meses de encierro. La fotografía del minero apuntando al cielo y vistiendo una polera (t-shirt) en la que estaba inscrito “¡Gracias Señor!” le dio la vuelta al mundo.
Minutos después el presidente chileno, se dirigía a millones de personas en el mundo para agradecer por el éxito con el comenzaba el rescate. “En primer lugar, agradecer a Dios porque sin Él esto no hubiera sido posible”, dijo Piñera embargado por la emoción. A los pocos minutos y al grito de “¡vamos, vamos, vamos!”, Mario Sepúlveda de 40 años y el más popular de los 33 mineros por la efusividad y el buen humor con el que las semanas previas relataba por video la permanencia del grupo bajo tierra, llegaba a la superficie. Después de la revisión médica, fue el único que aceptó realizar declaraciones a los medios. “Estuve con Dios y con el diablo, pelearon y ganó Dios; me agarré de la mejor mano”, aseguró el minero.
Antes de abrazar a su esposa, al salir de la cápsula que lo transportó a la superficie, Carlos Mamani, el minero boliviano que quedó atrapado en su primer día de trabajo en la mina, se arrodilló y dio gracias a Dios por mantenerlo con vida. La historia de Mario Gómez, el mayor de todo el grupo y el noveno el salir, también es un relato de transformaciones. La televisión chilena mostraba al mundo la escena en la que Gómez, apenas pisó tierra, se puso de rodillas y dio gracias a Dios por el rescate. Unos minutos antes, su hermano Hugo comentaba “es otro hombre… está muy dedicado a Dios”.
Por estos motives, los 33 mineros rescatados participarán de una actividad religiosa este domingo en horas de la mañana en las afueras de la Mina San José. Líderes evangélicos y católicos organizan este evento en el que estarán presentes los familiares y amigos de los mineros, así como autoridades de gobierno, según aseguró el pastor Sergio Soriano.
“Coincidencias” del número 33
Como ya se ha odio, el 33 se ha convertido en uno muy importante y significativo para los mineros chilenos.
Y es que tras el exitoso rescate de los mineros que quedaron atrapados en la mina San José en Chile, ahora se habla de la relación que hay entre el número 33 y la liberación de estos hombres que cautivaron al mundo por su fe.
El análisis numérico que ha dado la vuelta al mundo. La noticia de que estaban vivos se conoció cuando el calendario marcaba la semana 33 del año y, curiosamente, ese mensaje contaba con 33 caracteres.
El día que lograron llegar a los mineros fue el 22 del agosto del 2010, y al sumar todos estos números también dan 33 (22+8+2+0+1+0).
El Ministro de Minería chileno dijo que fueron 33 días de perforación con la máquina para llegar a los mineros y, para colmo, el rescate se adelantó y terminó el 13-10-10, que sumado, también da 33.
El significado del número 33 representa el ideal del amor en su más pura expresión, equilibrio de las cualidades morales y espirituales y la paz que emana.
La cobertura del rescate estuvo a cargo de 350 medios de 33 países.
Por si fuera poco, el lider espiritual dentro de la mina, lleva trabajando 33 años en las minas y tiene 33 años de casado.
Saque Ud. sus conclusiones.
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