HASTA LOS MALOS MOMENTOS PASAN
Este momento que ahora estoy viviendo, no será eterno.
Pasará así como el reloj que nunca se detiene marcando y viendo las horas pasar. Hay un tiempo marcado, específico y cronometrado en el que Dios se glorificará. Ese momento será especial y hermoso, con nuevos aires de libertad. Será tanta la felicidad que inundará mi ser entero, que mi rostro me delatará. Abriré mi boca, publicaré y testificaré las grandes obras que ha hecho y hace Dios.
Pasará así como el reloj que nunca se detiene marcando y viendo las horas pasar. Hay un tiempo marcado, específico y cronometrado en el que Dios se glorificará. Ese momento será especial y hermoso, con nuevos aires de libertad. Será tanta la felicidad que inundará mi ser entero, que mi rostro me delatará. Abriré mi boca, publicaré y testificaré las grandes obras que ha hecho y hace Dios.
Es esperanzador y reconfortante saber que Dios no se olvida de las promesas que me ha hecho y mucho menos se duerme porque me guarda. Nada hay que pueda detenerlo de lo que él ha de hacer. Porque cuando dice abrir puertas y remover piedras no hay quien las cierre ni impida el paso.
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