Los sentimientos intensos de amor pueden proporcionar un alivio para el dolor de forma similar a los analgésicos o a ciertas drogas como la cocaína, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Stanford.
Por algo el verbo “amar” está en el primero y más importante mandamiento de Dios para nuestras vidas. “No se puede vivir sin amor”, asegura la sabiduría popular, y también: “El amor sana toda herida”, refiriéndose en este caso a las heridas del alma. Pero ahora los científicos han descubierto que el amor puede calmar incluso el dolor físico.
Según explica Sean Mackey, responsable del estudio publicado en la revista PLoS ONE, “cuando las personas se encuentran en la fase del amor más apasionada existen alteraciones significativas en su estado de ánimo que impactan sobre su experiencia del dolor”.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores reclutaron a 15 universitarios, ocho mujeres y siete hombres, y les pidieron que trajeran fotos de sus enamorados y de un conocido de igual atractivo. Los autores después expusieron sucesivamente las imágenes ante los sujetos mientras que calentaban un estimulador térmico controlado por ordenador y situado en la palma de la mano para causar un dolor leve. A la vez, los cerebros de los participantes eran escaneados a través de imágenes de resonancia magnética funcional.
EVALUACIÓN
Los voluntarios fueron evaluados según sus niveles de alivio del dolor mientras eran entretenidos con una tarea de asociación de palabras. Existen evidencias de que la distracción alivia el dolor, y los investigadores querían asegurarse de que el amor no sólo funcionaba como una distracción del dolor.
Los resultados mostraron que tanto el amor como la distracción reducían el dolor, ambos en mayor medida que cuando se concentraban en la foto del conocido atractivo, pero los dos métodos de reducción del dolor utilizaban mecanismos cerebrales diferentes.
Younger señala que con la prueba de distracción, los mecanismos cerebrales que conducen a la liberación del dolor eran en su mayor parte cognitivos. Sin embargo, “la analgesia inducida por el amor está mucho más asociada con los centros de recompensa del cerebro y parece implicar aspectos cerebrales más primitivos, activando estructuras profundas que podrían bloquear el dolor a un nivel espinal, de forma similar a como funcionan los analgésicos opioides”, explica el investigador, que puntualiza que en estos centros de recompensa participa la dopamina, un neurotransmisor que influye sobre estado de ánimo, recompensas y motivación.
Como consecuencia, es una importante tarea el brindar cuidado afectivo a las personas enfermas, en especial, visitar en los hospitales a quienes no tienen cerca un ser querido.
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