“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida”.
Isaías 43:4
Hay experiencias negativas que marcan nuestras vidas, situaciones inesperadas que nos enseñan lo necesitados que estamos de Dios, episodios de esos que quisiéramos obviar y que nunca se hubiesen presentado.
Y es que la vida cristiana es así, llena de experiencias positivas y negativas que de una u otra forma marcaran nuestra vida que espero que para bien.
Pero muchas veces creemos que lo que he pasado es demasiado duro como para que yo pueda ser usado por Dios, creemos que Dios nos evalúa según nuestras malas acciones y que dependiendo de ellas El nos tomara en cuenta o simplemente nos desechara.
Y es que se trata desde que perspectiva observes las cosas, se trata desde que punto de vista estas evaluando eso que te ha pasado, es posible que si lo evalúas desde el punto de vista crítico veras todo color negro, en cambio si lo ves desde el punto de vista que seguramente Dios lo está viendo, te darás cuenta que el panorama cambia.
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