jueves, 19 de agosto de 2010

Argentina tendrá su lanzador espacial (2013)


Como todo el mundo sabe, Dios nació en Argentina, por tanto, en esta noticia sólo nos extraña el hecho de que haya aparecido tan tarde. Son pocos los países con capacidad tecnológica y económica para lanzar un cohete al espacio y, a partir de hoy, tendremos que considerar a Argentina una potencia mundial que ha tenido poderío suficiente para realizar una obra de este calibre. Y además, aportan un nuevo concepto tecnológico bautizado como arquitectura segmentada que está llamada a revolucionar la ciencia espacial. Enhorabuena a los argentinos.

La lista de países o agencias internacionales que han conseguido situar en órbita un satélite se nos antoja realmente pequeña. Sólo los más poderosos han logrado reunir el conocimiento científico y el poderío económico para diseñar, construir y lanzar un cohete al espacio para poner a circular satélites de comunicaciones. Ucrania/Rusia, Japón, China, Francia/la Unión Europea, la India y los Estados Unidos constituyen la flor y nata mundial de la carrera espacial, pero Argentina ahora se une a ellos en este elitista club de los únicos capaces de semejante hazaña. La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) ha incluido en nómica a cientos de ingenieros e investigadores que proporcionaran al diseño argentino lo último en tecnología espacial y situarse en la vanguardia de la carrera por conquistar el espacio.  “Lo que tiene de fabuloso este tipo de proyecto es que estaremos en la “ultra frontera” del conocimiento – asegura entusiasmado el doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Conae-. Y lo hacemos no tanto por la capacidad de lanzamiento en sí, sino por una nueva concepción que tenemos de cómo va a evolucionar la tecnología espacial.”

Argentina no se conforma con ser uno más del grupo de países capaces de lanzar un satélite al vacío cósmico. La CONAE investiga tecnologías pioneras que convertirán su participación en una aportación científica de alto interés. En estos momentos disponen de 3 tipos de satélites muy avanzados que cubren todo el espectro de observación posible. La serie SAC funciona con instrumentos de rango óptico y de microondas pasivo, disponiendo además de varios subtipos de nave (A, B, C, D y E). La serie Saocom lo hace con aparatos de rango de las microondas activo/radares. Y la serie SARE, que usa dispositivos con capacidades peculiares que Argentina ha diseñado de manera propia, como por ejemplo, permitir a los satélites colocarse en órbitas extrañas para pasar por el mismo lugar muchas más veces de manera más continuada.
Pero no se quedan aquí. Este tipo de satélites serian únicos porque se han diseñado para conformar un “clúster”, es decir, que cada aparato se concibe como una pieza específica de un conjunto dinámico en donde cada satélite cumple funciones concretas y, a la vez, todos comparten servicios esenciales. Lo que llaman arquitectura segmentada y que representa una revolución total en la investigación espacial. Esta nueva filosofía técnica permitirá resolver problemas difíciles en el ámbito logístico, como por ejemplo, los casos que nos explica Varotto: “Si ocurre algo en la Tierra que exige tener un instrumento arriba en semanas para poder observarlo, y eso depende de un satélite de los que se llaman clásicamente «monolíticos», entre que lo concebimos y lo ponemos en órbita, pasan seis años como mínimo. Además, si uno tiene un desperfecto arriba, lo perdió. Y la tercera cuestión es que, en un aparato que ya está en órbita, si se producen avances tecnológicos, no se pueden reemplazar los dispositivos más atrasados. Son tres situaciones muy diferentes, pero que se resumen en el hecho de que lo ideal sería poder contar con «pedazos» de satélites o satélites chiquititos, cada uno con distintas tareas, como los que nosotros diseñamos”. El lanzamiento está previsto para el año 2013.

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