“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal”.
Proverbios 4:23-27
Es increíble como un órgano tan pequeño como lo es el corazón, sea tan indispensable e importante para el buen funcionamiento del cuerpo. Si el corazón deja de latir, sencillamente nos morimos. Uno puede vivir sin brazos, piernas y ojos; puede faltarte tal vez un riñón y si el otro funciona, podrás vivir. Pero el corazón es una pieza irremplazable e insustituible.
El proverbista Salomón, hombre sabio e inteligente escribió de manera sencilla una frase corta que nos lleva a reflexiones muy profundas. Porque cuando uno guarda algo, es porque lo protege, lo cuida, lo valora y lo estima.
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