martes, 14 de septiembre de 2010
Pastor japonés evangeliza por medio de artes marciales
En Japón un pastor cada domingo convierte su iglesia en una verdadera escuela de golpes y patadas. Para muchos esto puede parecer contradictorio. Pero este pastor moderno usa las artes marciales para atraer a los jóvenes al buen camino.
Predicar el amor de Dios mientras se enseñan las artes marciales parece que es una verdadera contradicción, pero el Pastor Makoto Hirata cree que es una gran combinación.
Hirata es pastor de una pequeña iglesia que está en la misma bodega que usa para su negocio. Es aquí donde distribuye sus provisiones de reptiles principalmente a tiendas de animales y por lo general maneja terrarios, productos alimentarios y equipos.
La inspiración por las artes marciales le vino hace varios años después de llevar a su hijo a clases de karate. El Pastor Hirata se inspiró en tomar clases de “kakutoh”, una combinación de destrezas del karate y del boxeo con patadas. Y se hizo muy hábil, tanto así como para participar en torneos, ser instructor y aún más, dar charlas sobre el tema.
“No hay lugar para rencores ni odios en el cuadrilátero”
Cuando le preguntan por qué un pastor, quien supuestamente debe predicar el amor, quiere ser boxeador, Hirata les contesta que para él se trata estrictamente de un deporte y que “no hay lugar para rencores ni odios en el cuadrilátero”.
Sus alumnos admiten que él es muy diferente a los otros instructores: “Usualmente no veo al Sr. Hirata como un pastor, sólo como un boxeador. Pero como siempre es tan calmado, también lo veo como pastor”, comenta uno de sus estudiantes.
La actitud de Hirata en el cuadrilátero manifiesta la forma en que Dios ha cambiado su vida. Y eso lo apoya en su proyecto de enseñar el amor de Dios a la comunidad de las artes marciales. El espera enseñar su nuevo enfoque hacia el ministerio en todas las iglesias del Japón.
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