Haz lo que sabes que tienes que hacer
Salmos 119:105
(Traducción en lenguaje actual)
Hay momentos en la vida en los que sabemos que es lo que tenemos que hacer, pero no queremos llevar a cabo eso que a la larga sabemos que es lo más correcto.
¿Te ha pasado que estas a punto de tomar una decisión y ya Dios te dijo que es lo que tienes que hacer y aun así estas dudando?, ¡Sí!, y es que lo que ocurre es que hay decisiones en nuestra vida que son difíciles de asimilar para nuestra naturaleza humana, mas cuando dicha decisión va en contra de lo que humanamente quisiéramos hacer.
¿Cuántos de nosotros le hemos pedido a Dios mil y una confirmación antes de hacer aquello, de lo que cual ya sabemos que es lo que tenemos que hacer?, a veces parece ilógico que le estemos haciendo ciertas preguntas a Dios, cuando en realidad obviamente ya sabemos la respuesta.
¿Qué esperas?, ¿Qué Dios venga y se contradiga en su palabra para satisfacer tu deseo humano de esa respuesta?, ¡Eso jamás pasara!, al leer la Palabra de Dios, nos damos cuenta que ella es una lumbrera, es decir un luz para nuestro camino, esa luz que alumbra nuestro caminar y que nos permite ver realmente el terreno que vamos pisando y como o de qué forma lo podemos recorrer sin tropezar.
Muchos de nosotros tardamos una eternidad en tomar decisiones tan obvias que la Palabra de Dios respalda, pero esperamos hasta el último minuto para ver si aparece alguien que nos diga lo contrario, que nos diga lo que quisiéramos escuchar y no lo que tenemos que hacer.
Durante mucho tiempo ha habido personas que se me han acercado personalmente a pedirme un consejo, amigos míos en su mayoría, personas con las que tengo mucha confianza, y cuando ellos me piden ese consejo sobre esa situación que están viviendo, la mayoría de veces les digo: “¿Queres que te diga lo que queres escuchar o queres que te diga la verdad?”.
Y es que a veces pareciera que las personas piden consejos de algo tan obvio esperando que algún tonto les diga lo que realmente quieren escuchar, sin que eso sea avalado por Dios.
En su mayoría ellos me han dicho: “Me gustaría escuchar algo que me gustara, pero mejor decime la verdad”, es allí en donde tengo que decirles, lo que ellos ya saben, pero que por alguna extraña razón necesitan escuchar de varias personas antes de llevar a cabo, lo que desde un inicio sabían que tenían que hacer.
¿Pasa no?, y es que eso nos pasa a todos. Todos hemos pasado por momentos como esos, en donde nuestra humanidad no se quiere doblegar a lo que realmente Dios nos manda a través de su Palabra, en donde por más que sabemos que es lo que tenemos que hacer, necesitamos que alguien nos lo diga unas diez veces, para entonces comprender que es Dios quien quiere que haga eso. ¿Tremendo, no?, pero simplemente pasa en la vida.
Por esa razón, es día quiere motivarte a que no lo pienses mas, no le estés dando tanta vueltas a ese asunto, cuando en realidad ya sabes lo que Dios quiere que hagas. ¿Qué esperas?, ¿Por qué tardas?, tienes que entender que no se hará lo que tú quieres que se haga, sino lo que Dios quiere para ti que seguramente es mucho que mejor de lo que tú puedas tener planeado.
Y es que tampoco voy a negar que hay decisiones difíciles de tomar, pero cuando Dios te está impulsando a que hagas algo y te lo está confirmando y reconfirmando, entonces ¿Por qué tardas?, cuando Dios dice algo, es porque ese algo se tiene que llevar a cabo y porque El sabe que es lo mejor para tu vida, aun cuando para ti parezca ilógico o difícil y para tu naturaleza humana duro de asimilar.
Dios quiere que sepas que El lo tiene todo medido, cada cosa en tu vida, cada tiempo, cada experiencia, Dios tiene el control total de tu existencia, solo basta que tú te rindas a Él y hagas, no lo que quieras, sino lo que su voluntad manda.
Hoy término con la frase que comencé y con todo el amor en el Señor te lo escribo, porque sé que Dios me manda a hacértelo ver:
No hay comentarios:
Publicar un comentario