domingo, 21 de noviembre de 2010

Devocional - Dios Sorprendente

Dios Sorprendente

 
Si alguien me hubiera platicado la vida que me esperaba después de aceptar a Cristo cómo mi Salvador, no le hubiera creído. El comienzo de la verdadera vida es cuando descubres tu propósito debajo del sol. Pero para hacerlo, hay que morir. Morir a un viejo ser, morir a nuestra antigua manera de vivir, morir tanto a nosotros mismos que duele.
Mejor que un filme ganador del Oscar se convierte una vida que es dirigida por el Espíritu Santo. Mejor que cualquier obra literaria se convierte el amor de una pareja consagrada al Señor. Mejor que cualquier serie de drama es la manera en que Dios toca a cada uno de nuestros familiares. Mejor que cualquier comedia se convierte cada día caminando al lado del Creador.
Tenemos un Dios sorprendente, él es inmensamente creativo para bendecirnos, pero hace falta morir a nosotros mismos. Una vez que mueres a tus sueños y le entregas al Señor totalmente tu corazón, Dios te sorprende a cada paso que das. Aquella academia a la que tanto alelabas asistir; mas no estaba en los planes del Señor, se quedará corta en comparación con lo que él te dará. Aquella pareja que tanto amabas y te partió el alma dejarle por instrucciones del Señor, será un episodio de risa cando veas con tus propios ojos a aquella que es verdaderamente carne de tu carne y huesos de tus huesos.
Mientras mas mueras a ti mismo, más el Señor te sorprenderá, mientras mas quemes “tu carne” cómo olor fragante para él, más tendrás su favor. El final perfecto de tu vida se siembra día a día, y lo mejor de todo es que no tienes que esperar hasta el final de “tu película” para disfrutarle. Pues todo lo que se te pide es esforzarte y disfrutar de este viaje.
Sin importar que circunstancias estés viviendo, sin importar de dónde hayas sido rescatado, sin importar que tus ojos estén mirando todo lo contrario que el Señor te ha prometido yo te garantizo que algo sorprendente está esperándote a la vuelta de la esquina, solo tienes que seguir creyendo con el corazón.
¿Por qué dudar? , ¿Por qué temer, cuando él siempre lo ha hecho? De una u otra manera Dios siempre lo hace. Él siempre nos ha librado, y día a día nos prolonga su misericordia. Sige creyendo hermano, sigue aferrado a esa fe que siempre te ha caracterizado; sigue haciendo lo que es correcto a los ojos de tu Dios y él de una u otra manera te sorprenderá, pues:

“La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia”.

Salmos 119.160

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