sábado, 4 de septiembre de 2010
¡Ayuda!, Dios está interfiriendo con mi vida social
No nos cuesta hacer un poco de trabajo voluntario, asistir a grupos pequeños o ser amable con la gente nueva en la iglesia. ¿Pero si Dios le pide que sacrifique su vida social y su reputación?
María era una mujer joven que se supone debía casarse cuando Dios interrumpió su vida social con un repentino anuncio de que ella estaba embarazada, no por el que pronto sería su esposo, si no por el Espíritu Santo. ¿Cómo se lo va a explicar a sus amigos? ¿Qué pensaría la gente?
Las consecuencias sociales del embarazo de María era grave. La gente podría apedrearla hasta la muerte por cargos de adulterio, ella podría causar vergüenza a toda su familia y
José podía dejarla en cualquier momento. Y ni siquiera la culpa era de ella! ¿Alguien le importaría escucharla si intentaba explicar el bebé dentro de su vientre?
Sin embargo, su respuesta al anuncio del ángel fue: “Hágase en mí según tu palabra …”
¿No se preocupó por su reputación? Por supuesto que lo hizo, pero su sentido de la obediencia a Dios era más grande que su necesidad de mantener su imagen pública. Tal vez eso fue lo que hizo Dios la eligiera en primer lugar.
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