martes, 7 de septiembre de 2010

Devocional - Tu eres mi obra maestra

TU ERES MI OBRA MAESTRA

obra-maestra 
Eres mi obra maestra, lo más especial que he creado.
Eres lo más que he amado, ¡si pudieras percibir todo lo que siento por ti no dudarías ni un instante de mi amor! Aún antes de que nacieras ya yo estaba contigo, he caminado a tu lado, nunca te he abandonado, siempre te he sustentado.
Sé que muchas veces te miras y te sientes tan imperfecto, se te hace difícil poder ver y pensar que haya algo bueno que exista en ti. Muchas veces dudas de si de verdad estabas en mis planes, has cuestionado todo el mal que te han hecho y me has culpado a mí de tu soledad. Yo no soy culpable de lo que hace el hombre alejado de mí en su libre albedrío. No soy el causante de las obras que trae el pecado, ni de lo que hace Satanás para separarte de mí.
En cambio yo soy tu Padre, el que te engendró con pensamientos y estuvo allí mientras tus padres se amaron. Y aún si ellos no te amaron, tú te formaste de mi amor soberano. Porque yo deseé tanto que tú estuvieras aquí en la tierra. Eres mi milagro más grandioso, a ti te puse sobre las demás cosas que inventé. Ni aún a los ángeles le di el privilegio de llamarlos mis hijos. Tú puedes acudir a mí en cualquier momento porque siempre he estado accesible a ti. Con que tan solo me hables yo te atiendo.
He separado este día y he hecho una cita contigo para que tengas presente que tu eres mi tesoro especial. Tú valor es incalculable, envié a mi hijo a redimirte. Y aunque hay muchos que no logran entender la magnitud de este sacrificio de amor, la sangre de mi hijo sigue trayendo redención y salvación. No mi limites, ni me encajones a tus estrechas ideas o a tus cuestionamientos sarcásticos. Porque sin importar si crees en mí o no, yo soy y seguiré siendo. El único camino es a través de mi hijo y el que a mi viene, no lo ignoro ni lo hecho fuera. Hay tanto que quisiera demostrarte pero tienes que buscarme. También debes ser paciente porque hay secretos y sorpresas que tengo preparadas para la eternidad.
Yo quiero verte allí un día, sonriendo, compartiendo, conociendo de mí lo que hasta ahora no ha sido revelado. No es cuento ni ficción, soy realidad. Y porque te amo, hoy te lo recuerdo. No tienes excusas, apóyate en mí y prosigue esta meta con valentía. Avanza, no retrocedas, porque un día estaremos por siempre juntos y nada ni nadie lograrán apartarte de todo ese amor que tengo para darte.

Tu Padre Que te Ama, Dios

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