En la ciudad de La Paz, Bolivia, un censo municipal revela que unas 3.600 personas, en su mayoría adolescentes y jóvenes, trabajan como lustradores de calzado. Lo llamativo de este grupo de trabajadores, es que casi todos cubren su rostro con “pasamontañas”.
Wilfredo Silvestre, uno de los tantos lustradores de calzado en La Paz comenta: “Realmente debo cubrirme por mis hermanos, digamos. No me gustaría que a mi hermanita menor en su colegio le digan que su hermano es un “lustrabotas”. La verdad, desde mis 12 años he utilizado “pasamontaña”. Desde ese entonces, la verdad nadie sabe en mi barrio que lustro, tampoco en el colegio saben que lustro. Pero sí, cuando estoy de lustra-calzados, muchas personas te discriminan; te miran hacia abajo”.
Ramiro Tapia, Coordinador del Ministerio “Kayuparu”, comenta sobre la discriminación en este oficio : “Bueno, tú tienes que guardar tu identidad, no. Si tú dices que lustras o estás involucrado, te van a hacer a un lado”.
A los pies de los necesitados
Para ayudar a esos jóvenes a sobrellevar esa situación, desde hace 5 años trabaja con ellos el ministerio cristiano “Kayuparu”, que en idioma aimara significa: “A sus pies” y que es liderado por Randy Davis, un joven ingeniero estadounidense, que trabaja como Misionero de Juventud para Cristo.
Randy comenta: “Amo cómo ellos están motivados a cambiar su vida. También ellos luchan mucho con alcohol, también con la discriminación que ellos tienen de ser “lustrabotas”, porque muchos piensan que son ladrones, que son la fuente de problemas que tiene la ciudad, y que en realidad no es así”.
Con el fin de ganar la confianza de estos jóvenes para compartirles la fe cristiana, en este ministerio se practican deportes y también caminatas por las montañas de los Andes bolivianos.
“Después tenemos discipulado, grupos pequeños donde los chicos que quieren cambiar su vida, que quieren ser realmente un creyente, pueden crecer, desarrollar su vida cristiana y también siempre estamos apuntando a la Iglesia, porque creemos que nuestro trabajo termina cuando un chico ya está enchufado en una iglesia local”, agrega Davis.
Una vida con sentido
Después de 5 años, el trabajo de este ministerio está dando resultados.
Wilfredo comenta que es muy diferente vivir sin Cristo, y vivir con Cristo: “Son dos cosas muy diferentes, porque cuando vives con Él tu vida tiene sentido, tienes una esperanza que está allá arriba. Pero cuando no estás con Él, no tienes una esperanza; solamente vives por vivir…”
Por su parte Ramiro del Ministerio “Kayuparu” agrega que uno de los cambios, que él experimentó al entrar en este proyecto, fue dejar el alcohol, y las drogas:“Algo que realmente cambió mi vida era el vacío que yo tenía dentro de mí, dentro de mi corazón. Ya no tenía sentido la vida… Era como ‘estás viviendo la vida y… no tiene nada más… ’Y lo que hizo Jesús es llenar eso que faltaba en mi corazón; le dio un propósito a mi vida, y me di realmente cuenta que Él es que le da sentido, dirección a mi vida.”
La confianza y el amor cristiano que éstos jóvenes han encontrado en el ministerio Kayuparu, ha logrado que muchos de ellos se quiten los pasa-montañas que ocultan su identidad y su vergüenza, y muestren la alegría de saber que existe una nueva vida en Cristo-Jesús.
Fuente:cbn.com
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