El gobierno de China, invierte en el desarrollo de la fe cristiana, algo que durante 30 años atrás era imposible. Cuando se piensa en China, uno asociaba este país con Budismo o Taoísmo. Pero el Cristianismo está en auge como nunca antes.
Muchas de las restricciones a la libertad de culto que ocurrieron en la Revolución Cultural de los ‘60, han sido desaparecidas y han dado una sorprendente apertura y libertad religiosa. Iglesias católicas y protestantes, están autorizadas por el Estado y han experimentado unos niveles de crecimiento que pocos habrían predicho en la década de los ‘80.
La Iglesia protestante china, dice tener 20 millones de feligreses, y los chinos católicos cuentan con 10 millones, aunque en el país existen 1.500 millones de habitantes, así que hay mucho más trabajo, pero esto ya es un avance.
El Partido Comunista, les ha abierto el paso a las iglesias católicas y evangélicas, sin embargo otros forman parte de iglesias clandestinas no registradas.
El objetivo de la iniciativa del Estado Chino, es que “la religión traiga armonía”, dijo a la BBC, el director general de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos, Wang Zuo An, sin embargo, delimitó las líneas que no se deben cruzar.
“Nuestro gobierno quiere que las religiones se desarrollen en China y estamos dispuestos a proveer toda la ayuda necesaria”. Asistencia que incluye apoyo financiero considerable. Pero, ¿qué saca el Estado comunista de esta inversión?
“El mensaje a las comunidades religiosas parece ser que si quieren ayudar a promover la unión social, el gobierno comunista no pondrá obstáculos, siempre y cuando se atengan a las reglas y no cuestionen el status quo político”, añadió Wan.
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