Las víctimas tenían entre 12 y 15 años y 13 de ellos terminaron suicidándose. Los testimonios recogidos en un informe hablan de violaciones por vía anal y oral, así como de masturbaciones.
El informe de la comisión sobre denuncias de abusos sexuales por parte de religiosos en Bélgica, cuyas conclusiones fueron dadas a conocer hoy, revela que 13 de las víctimas terminaron suicidándose.El documento, presentado por el psiquiatra infantil Peter Adriaenssens, afirma también que la comisión, que ha investigado los abusos cometidos en Bélgica desde la década de 1960 hasta mediados de los años ochenta, recibió al menos 475 denuncias por casos de pederastia.
Adriaenssens denunció las “presiones” y la ley del silencio que ha imperado durante décadas en el seno de la iglesia belga sobre los abusos.
A lo largo de 200 páginas se recogen los testimonios de varios centenares de antiguos alumnos de instituciones educativas de la iglesia que en los años sesenta y setenta, principalmente, sufrieron abusos de religiosos.
Uno de los apartados más escalofriantes es el de los suicidios de las víctimas de los abusos, ya que se han confirmado trece casos y se ha contabilizado otras seis tentativas.
Según ha explicado en rueda de prensa el ex presidente de la comisión, “en cuanto a los suicidios, la realidad es aún peor de lo que pensábamos”.
Adriaenssens, que ha dicho que el trabajo de la comisión se ha realizado bajo los principios de “verdad” y “reconciliación”, ha señalado que la mayoría de esos niños, hoy adultos que rondan los cuarenta años, han quedado traumatizados por los episodios.
Los testimonios, a quienes se ha respetado su anonimato en el informe, hablan de violaciones por vía anal y oral, así como de masturbaciones.
Las edades de los niños durante los abusos iban en la mayoría de casos entre los 12 y los 15 años.
La comisión se creó por parte de la Conferencia Episcopal en el año 2000.
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