“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí”
Isaías 46:1
Una de las cosas que aprendí en mis primeros días de cristiano fue que mi Dios se escribía con “D” Mayúscula, alguien puede decir: ¿Qué tiene que ver como se escribe?, yo le respondería: “¡MUCHO!”.
Y es que de la forma como describimos a Dios y en este caso escribimos y nos referimos a Él es donde demostraremos nuestra confianza y total dependencia a Él.
Algo tan sencillo como escribir la palabra: “Dios” demuestra en qué clase de Dios creemos y aunque muchas veces por error o inconscientemente escribimos “dios” con “d” minúscula, no nos referimos a Dios con “D” mayúscula, pues si lo escribimos con “d” minúscula nos estamos refiriendo a un dios pagano, como tantos dioses que han existido a través del tiempo, pero que ninguno ha hecho algo poderoso como mi Dios Jehová de los Ejércitos.
Y es que mi Dios con “D” mayúscula es Poderoso, y es Dios sobre cualquiera de los dioses inventados y paganos que jamás le llegara a los talones a mi Dios.
Cuando nosotros creemos en ese Dios con “D” mayúscula nos damos cuenta que no tenemos de que temer, porque El es Señor y Soberano, gobierna los tiempos y nada se escapa de su perfecta voluntad.
Mi Dios con “D” mayúscula se ha mostrado a mi vida en innumerables veces, he podido ver su Poder sobrenatural sobre mí, sobre mi familia, sobre mi Ministerio, todo lo que hace mi Dios con “D” mayúscula es Poderoso y Hermoso.
Desde mis inicios en el caminar cristiano tuve el cuidado que cuando escribo o me refiero a Dios lo hago con “D” mayúscula porque eso me recuerda LO PODEROSO que es mi DIOS y lo UNICO que es entre cualquier otro dios pagano.
Vivamos cada día recordando que nuestro Dios es un Dios con “D” mayúscula, que para El no hay nada imposible, que El todo lo puede y que separados de El nada podemos hacer, pero que junto a Él somos más que vencedores.
Que cada vez que escribas “Dios” lo hagas con mayúscula y eso te ayude a recordarte que no es cualquier dios, sino tu Dios y mi Dios con “D” mayúscula Poderoso Gigante y quien pelea las batallas por nosotros.
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