Barret dice que los niños pequeños tienen fe aun cuando en la familia o en la escuela no se lo han enseñado y afirma que incluso si un niño fuera criado en una isla desierta llegaría a creer en Dios.
“La evidencia científica en los últimos 10 años, ha demostrado que lo que se construyen en el desarrollo natural de la mente de los niños en más de lo que se pensó alguna vez. Hay en ellos una predisposición a ver el mundo natural, como uno diseñado para un propósito útil y que algún tipo de inteligencia está detrás de ello “, dijo Barret.
“Si arrojamos a un puñado de niños en una isla y ellos se crían por si mismos creo que llegarán a creer en Dios”.
En una conferencia en la Universidad de Cambridge del Instituto de Faraday, el Dr. Barrett citó experimentos psicológicos llevados a cabo sobre los niños que dice que muestran de modo instintivo que creen que casi todo ha sido diseñado con un propósito específico.
En un estudio, se les preguntó a los niños de seis y siete años por qué existía la primera ave respondieron “para hacer buena música” y “porque hacen que el mundo sea agradable”.
El Dr. Barrett dice que hay pruebas de que incluso a la edad de cuatro años, los niños comprenden que, aunque algunos objetos están hechos por el hombre, el mundo natural es diferente.
Añadió que esto significa que los niños son más propensos a creer en el creacionismo en lugar de la evolución, a pesar de lo que puede ser informado por los padres o maestros.
El Dr. Barrett alegó que antropólogos han encontrado que en algunas culturas los niños creen en Dios, incluso cuando los aíslan de las enseñanzas religiosas .
“Los niños con mentes que han sido desarrolladas normal y naturalmente son propensos a creer en la creación divina y el diseño inteligente. En cambio, la evolución es antinatural para las mentes humanas; para ellos es relativamente difícil de creer.”
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