domingo, 27 de junio de 2010

Reflexión: 57 centavos

Una sollozante niña se detuvo cerca de una pequeña iglesia de la cual se había retirado porque estaba colmada de gente.
“No puedo ir a la escuela bíblica”, le decía al Pastor entre sollozos mientras él pasaba por allí.
Viéndola andrajosa y desgreñada, el Pastor supuso lo que estaba sucediendo y tomándola de la mano la llevó adentro, donde encontró un lugar para ella en la clase.
La niña se sintió tan conmovida que esa noche se fue a la cama pensando en los niños que no tenían un lugar donde adorar a Jesús.
Dos años más tarde esta niña falleció en uno de los edificios pobres de la vecindad y sus padres llamaron al bondadoso Pastor, quien había protegido a su hija, para que se encargase de los arreglos finales.
Mientras el pobre cuerpecito de la niña era movido, un viejo bolso arrugado fue hallado, el cual parecía haber sido extraído de algún depósito de desperdicios. En su interior se encontraron 57 centavos y una nota escrita rápidamente con letra infantil, la cual decía:”Esto es para ayudar a agrandar la pequeña iglesia, de modo que más niños puedan ir a la escuela del templo”.

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