miércoles, 23 de junio de 2010

Tienes mucho para dar

Nos preguntamos qué es lo que Dios hará con nuestra vida. ¿Cuál será su propósito?¿Dónde están nuestros talentos y dones? Dios tiene un camino de preparación. Pero no es lo que hacemos lo que trae paz y una sensación de plenitud. Es quiénes somos y a quién amamos.
Al fin de los años ochenta, Phil Jackson pasaba por cierta crisis vocacional. Sus años de jugar básquet habían terminado, ahora quería dirigir, pero no había propietario dentro de la liga que lo quisiese como su entrenador.
Phil era una clase de individuo incómodo, que vivía el estilo hippie de los setenta en una década donde los negocios proliferaban. Era algo excéntrico. A los propietarios de los equipos les era difícil pensar que pudiese crear uno ganador.
Consecuentemente, Phil hizo lo que la mayoría de los hombres de mediana edad hacen al enfrentarse con una crisis vocacional: van a consejería vocacional, lo que significa tomar un test que relaciona las habilidades y deseos con la profesión adecuada.
Puedo imaginarme la reacción de Phil cuando obtuvo los resultados. Su perfil personal sugería que las dos principales vocaciones para él deberían ser ¡ama de casa y guía de expediciones!
A pesar del comienzo desfavorable de Jackson, un propietario de un equipo, Jerry Krause, decidió darle una oportunidad en los Chicago Bulls. En una década, Phil se convirtió en uno de los directores técnicos más exitosos de toda las historia de la NBA, pues obtuvo extraordinariamente seis campeonatos en solo nueve años con los Bulls.
Muchos jóvenes piensan que la gente con mucho éxito nació así. Se imaginan que el camino al éxito es una caminata fácil y que la persona sabía desde el primer día hacia dónde se dirigía.

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