martes, 31 de agosto de 2010

NO HABIA LUGAR PARA EL

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Y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón
Lucas 2:7
Cuando leemos sobre el nacimiento de Jesús nos consterna que haya nacido en un establo y mucho mas cuando leemos que no tenía una cama caliente esperándolo, tal vez ni una sabana que lo cubriera del frio, sin un lugar adecuado para que naciera el Hijo de Dios…
Pero les cuento que en la actualidad eso ocurre a menudo, Jesús pide de sus hijos que le abramos nuestro corazón y podamos darle todo nuestro ser, pide de nosotros que mengüemos para que Él crezca en nosotros.
La situación es que no hay lugar para Jesús en nuestras vidas, el YO es demasiado grande y no permite que Jesús tenga un lugar en nuestras vidas.
Lo irónico es que somos hijos de Dios y Jesús no tiene lugar en nosotros, creemos que lo que hacemos es porque nuestras capacidades lo permiten y no tomamos en cuenta al dador de la vida que nos permite tener esas capacidades.
En muchas ocasiones dejamos a un lado lo que Dios quiera decirnos a nuestras vidas, pensamos que somos autosuficientes y no comprendemos que lo único que Dios quiere es un bien para nosotros.
No dejes que la soberbia gobierne tu vida, dice la Biblia que Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, dale un lugar a Dios para tomar esa decisión a la que no le encuentras respuesta adecuada.
Jesús no nació en el mejor hospital de maternidad del planeta tierra, no fue un parto tan normal, al contario fue dificultoso porque María aún era virgen, y además de eso un rey desde que nació perseguía su vida por envidia.
Vino a este mundo para cumplir una misión importante, salvarnos a cada uno de nosotros, por lo tanto Él espera que le demos un espacio en nuestro corazón, que lo recordemos a cada instante de nuestra vida, que le glorifiquemos y honremos con nuestras acciones.
Él no te pide que dejes todo lo que tienes (como lo hizo con el joven rico) solo te pide que le des el lugar que se merece en tu corazón, que si has decidido seguirle que puedas permitirle guiarte por la vida que te presta.

Dale un lugar a Jesús en todo momento y veras que las cosas serán diferentes.

Autor: Rene Pleitez

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